lunes, 30 de diciembre de 2019


NARRADOR, AUTOR, LECTOR, NARRATARIO

Pues sepa Su Eminencia Reverendísima don Fernando, ante todas cosas, que a mí llaman Xuan MCadarma, hijo de Benjamín González y de Salud Pérez, naturales ambos de Govezanes, barrio perteneciente a la parroquia de Bueres, en el concejo de Caso. Mi nacimiento fue dentro del cementerio, por la cual causa tomé el sobrenombre de Cadarma.

En septiembre, una incauta lectora de mis textos para Facebook y no muy docta en lengua asturiana, tomando a narrador por autor, entendió que este ese mediodia iba a almorzar con el Espíritu Santo, o sea a suicidarse, y viendo que el protosuicida no le atendía las urgentes llamadas telefónicas, habiéndose hecho con el número de José y María, para ella Benjamín y Salud, la incauta Rosa le subió la tensión arterial a la madre Mari a las cumbres de algo grave le ha pasado a nuestro hijo. Iba Cadarma a almorzar con don Fernando mientras yo recorría apaciblemente parroquias de Gijón en la Vespa de Senén sin intención además alguna aquel mediodía la Cadarma ni yo de acabar almorzando con el Espíritu Santo en su casa. Lectora así es un peligro y peligros así más vale bloquearlos. No nos hablamos desde septiembre.

Cae en tus manos este texto del Catecismo de la Iglesia Católica y, letraherido desde los quince o quizás bastante antes, los dos textos anteriores, “Persistencia” y “La vida débil”, salen solos:

2447 Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales (cf. Is 58, 6-7; Hb 13, 3). Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras espirituales de misericordia, como también lo son perdonar y sufrir con paciencia. Las obras de misericordia corporales consisten especialmente en dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos (cf Mt 25,31-46). Entre estas obras, la limosna hecha a los pobres (cf Tb 4, 5-11; Si 17, 22) es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios (cf Mt 6, 2-4).



No hay comentarios:

Publicar un comentario