EN 1983 “1984”, Y EN
2020
Si la alternativa a Adam
Smith y Milton Friedman son los bancos de colores, la neolengua
pretendidamente inclusiva, el vituperio de estatuas y el ataque a los
Conguitos, voy a empezar a cagarme tanto en iglesias como en
abascales. ¡Qué mano de hostias necesitan algunos de unos y otros,
hombre! Hay cretinos que le niegan la existencia a la tercera España
confundiéndola con un centro político que sí que no existe. ¿Y
eso? A derecha e izquierda, en los diversos vectores económicos hay
gente con sentido común: así de sencilla la tercera España, así
de sencillo dar con ella. Lo malo de pertenecer a esta tercera España
está en que el sentido común desaconseja armarse, repartir hostias,
y finalmente el de la tercera España se queda con suerte sin dientes
y sin ella sin vida.
En 1983 leía “1984”.
En 2020 empiezo a vivirlo.