Donde
tendría que estar la izquierda en lugar de en tanta romería de
género y transgénero para que situaciones laborales como la de hoy
domingo no sigan ocurriendo. Pero la izquierda hace mucho que no
está, o está de cuerpo presente. La izquierda, reducida a un
manierismo que le interesa al todopoderoso capital, se ha instalado,
por seguir haciendo algo, el pijo, en la parida de la paridad y en
tocarle los huevos a la Real Academia Española con el lenguaje
inclusivo. Mientras tanto, miles de trabajadores, retrotraídos a los
tiempos de Maricastaña laboral, dan hoy el callo a cambio de nada
amparadas sus empresas por sindicatos de corte vertical. Antes me
como las uñas o me bajo al bar que entrar, hoy, a un servicio ya de
por sí pródigo en horas anuales. Más de un gilipollas del género
y del transgénero habrá ido o irá hoy a comprar.
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