LA BARCOCAMA DE LA CADARMA
En
asturiano “esnalar” lo mismo vale para volar que para nadar. En
castellano podemos “navegar” tanto por el agua como por el aire.
Alfredo Bryce Echenique navegaba en su sillón Voltaire sobrevolando
el mundo de su memoria; la Cadarma navega todas las noches en su
barcocama por el océano profuso de sus sueños, donde le extirpan el
tabique nasal soñando en la anestesia del sueño y por accidente le
han perforado un ojo que por milagro no ha perdido, le dicen salida
del sueño anestésico del sueño. A las tres de la mañana, sin
novedad en el ojo, sale para entrar y vuelve a hacerlo a las siete
encadenando triángulos de las Bermudas hasta lo de siempre a las
once y media, tan tarde porque hoy es miércoles y nadie la espera en
el Santo Oficio.
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