HEBDÓMADA
I
Ser
yo vs ellos de lunes a viernes y cuando estoy a punto de asfixiarme
en monóxido de carbono ella.
II
No
acordándonos de casi nada, acordamos releer “El vientre de la
ballena”, de Javier Cercas.
III.
Del sábado
Allá,
por los tiempos remotos de la sola vida submarina, nada habría
presagiado que el monstruo, disminuido, acabaría en el plato de lo
imposible, con patatas.
IV.
Del domingo, el lunes y el martes
El
domingo soporto a duras penas el timbre de tiple y la gordura de
Karra Elejalde en Unamuno y el martes no soporto al Unamuno alucinado
de “El sepulcro de don Quijote” ni sus chorradas de cristianismo
personal en la “Vida de don Quijote y Sancho”. Disfruto, en el
SO, de la magistral descripción del anochecer en un paisaje
alicantino en el arranque de “Antonio Azorín”, de don José
Martínez Ruiz.
V.
Del miércoles de los cojones
V.I.
El coño vago
Son
famosas, en el SO, las doctoras del Coño Sur por despachar las penas
del alma a ritmo de Malibú. A costa de estresar al resto de
funcionarios, a las doctoras del Coño Sur no las estresa ni Dios.
Ahora bien, bien se sabe que todo es susceptible de empeorar, por lo
que este miércoles, del lado opuesto del planisferio, ha venido una
moldava a tocarse a dos manos toda la tarde el coño minúsculo
central: pena nos daba de la moldava la colega nativa. Y luego somos
los españoles los que arrastramos coño, cojones y sambenito de
vagos.
V.II
Que
dos semirrectas paralelas con recentísimo origen dominical hayan
confluido ya hoy miércoles, bien distante del infinito, da que
pensar, otra vez, en que hay que rediseñar la epistemología.
VI.
Del jueves, homenaje en viernes
Un
tempranillo joven, el JA!, de 2018; Ciudad Real. Vino que, repetido,
ha mejorado, tal vez porque esta noche venga acompañado por ternera
asturiana, en su punto esta de sabor y digestibilidad. Las recatas,
que son verticales, que desprecian, necesitándola, la horizontalidad
de la primera vez, dictaminan. Hay escritores que, como Cervantes,
por mucho que sigan escribiendo ya no van a igualar su Quijote
particular. Me vienen, este jueves, a la cabeza los siguientes
Quijotes: “El río de la luna”, de José María Guelbenzu; “Las
máscaras del héroe”, de Juan Manuel de Prada; “Fuegos con
limón”, de Fernando Aramburu; “Fabulosas narraciones por
historias”, de Antonio Orejudo; “El vientre de la ballena”, de
Javier Cercas. En el último andamos recatados recatando capítulo
tras capítulo, más que mediada la novela, disfrutándola más, si
cabe, que la primera vez: somos mayores y hemos leído más, ese
adverbio por el que nos nutrimos de horizontalidad y verticalidad.
VII.
Del viernes
Reducido,
hace ya muchos años, el fútbol al Sporting, y habida cuenta de que
al Sporting, de un tiempo a esta parte, incapaz de sufrirlo de otra
manera lo sigo solamente de refilón por el marcador del Google,
podemos afirmar que el fútbol es otro campo de esos que expiran y
que pocos campos en mí permanecen. Eso bien lo va sabiendo ya doña
Do, que temía perpetuidad.