EL ANIMAL PERFECTO
Cristiano Ronaldo, en
cualquier tiempo y especie animal, habría triunfado con su biología
de libro y espejo. Miope extremo, Don Francisco Gómez de Quevedo
Villegas, de nacimiento también estevado y cojo, no hubiera pasado
de pasto para cualquier gran carnívoro; con mucha suerte, habría
acabado de brujo de la tribu comandada por Cristiano. Ya ven. La cosa
quiso que Cristiano y Quevedo fuesen hombres y no tigres y lo fuesen
en edad moderna, y por ver queda si de aquí a trescientos setenta y
cuatro años hay dios que recuerde quién fue y qué coño hizo el
señor Ronaldo.
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