QUE
DIOS TE LO PAGUE
Después
de ocho jornadas, delirio de hospital, sentirse como si hubiera
atravesado la cordillera a lomos de un elefante. Así el hijo, que
carga con el peso de los padres con el que los padres cargaron por el
hijo, cumplida la anilla de los días, cuyo paso es como la espiral
de un cuaderno en el que escrito está que hoy por ti y mañana por
mí, una exclusiva del hombre, ese mamífero tan extravagantemente
dotado.
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