lunes, 30 de diciembre de 2019


LA VIDA DÉBIL

De punta a punta, de hospital en hospital, son estas las Navidades del organismo al que la edad vence, ya multiplicado (como Dios manda) o no. Si multiplicado, los múltiplos te acompañan en la postración; si no has cumplido con el mandato del Supremo, encomiéndate a la sola asistencia del sistema de salud. Pupilas dilatadas, corazón jodido. Después de cuatro días a tiempo completo, hoy nos acogemos a la necesidad del turno. Escribo y espero a que las pupilas recobren su diámetro. Escondido de mí, un pájaro que agoniza aletea entre las décimas de segundo; sin que me dé cuenta, una microscópica nada se abre paso en pulsos de negro. ¿Miedo a un enero oscuro, a un 2020 de mierda? Vamos acabando de comer, ya vamos viendo en pupila de tamaño recobrado, ya ir iremos viendo, múltiplo suyo, cómo se le pasan confusas las horas, cómo ella va oficiando de plena esposa antigua en eso que roza la madre prolongada. Yo a lo de siempre, carne feble de tabaco, vino y hospital bordeando los bordes de la vida.

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