LA
VIDA DÉBIL
De
punta a punta, de hospital en hospital, son estas las Navidades del
organismo al que la edad vence, ya multiplicado (como Dios manda) o
no. Si multiplicado, los múltiplos te acompañan en la postración;
si no has cumplido con el mandato del Supremo, encomiéndate a la
sola asistencia del sistema de salud. Pupilas dilatadas, corazón
jodido. Después de cuatro días a tiempo completo, hoy nos acogemos
a la necesidad del turno. Escribo y espero a que las pupilas recobren
su diámetro. Escondido de mí, un pájaro que agoniza aletea entre
las décimas de segundo; sin que me dé cuenta, una microscópica
nada se abre paso en pulsos de negro. ¿Miedo a un enero oscuro, a un
2020 de mierda? Vamos acabando de comer, ya vamos viendo en pupila de
tamaño recobrado, ya ir iremos viendo, múltiplo suyo, cómo se le
pasan confusas las horas, cómo ella va oficiando de plena esposa
antigua en eso que roza la madre prolongada. Yo a lo de siempre,
carne feble de tabaco, vino y hospital bordeando los bordes de la
vida.
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