miércoles, 5 de diciembre de 2018

ÉRAMOS POCOS Y PARIÓ LA ABUELA ANDALUZA A VOX

En esta España de palmas y puños que regresan de la noche de los obispos extremos por la gracia de Dios y de los extremistas que les cortaban los huevos, leído el Madrid de la crueldad roja en retaguardia del falangista Agustín de Foxá, tocan ahora, para un entendimiento tridimensional, la república y la guerra civil del socialista Max Aub. Esta tridimensionalidad ya la practicamos hace años con el cine con directores de esto, de aquello y los extranjeros de lo otro. Me tranquiliza un poco que ahora los españoles se desuellen en Twitter, pero me intranquiliza ver a Iglesias arengar con el puño a la lucha "en la calle" contra "el fascismo". Me huele mal ese cruce a más a partir de ahora entre puños y palmas que posiblemente termine cayendo en malas manos de gatillo fácil, a poco que este país siga respirando por donde respiró toda su puta vida. Y no nos olvidemos de que a España siempre se la llevan por delante los vientos de Europa.

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