ÉRAMOS POCOS Y PARIÓ LA ABUELA ANDALUZA A VOX
En esta España
de palmas y puños que regresan de la noche de los obispos extremos por
la gracia de Dios y de los extremistas que les cortaban los huevos,
leído el Madrid de la crueldad roja en retaguardia del falangista
Agustín de Foxá, tocan ahora, para un entendimiento tridimensional, la
república y la guerra civil del socialista Max Aub. Esta
tridimensionalidad ya la practicamos hace años con el cine con
directores de esto, de aquello y los
extranjeros de lo otro. Me tranquiliza un poco que ahora los españoles
se desuellen en Twitter, pero me intranquiliza ver a Iglesias arengar
con el puño a la lucha "en la calle" contra "el fascismo". Me huele mal
ese cruce a más a partir de ahora entre puños y palmas que posiblemente
termine cayendo en malas manos de gatillo fácil, a poco que este país
siga respirando por donde respiró toda su puta vida. Y no nos olvidemos
de que a España siempre se la llevan por delante los vientos de Europa.
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