jueves, 1 de octubre de 2020

 La gente percibe un almuerzo que no se ve en el plato y que se come en un par de tajadas, así que normal que haya por ahí tanto sobrepeso porque acabo de meterme ochocientas noventa y cinco kilocalorías, más que suficientes para la tarde de tensión sentada que me espera en el Santo Oficio. La verdad sea dicha, el almuerzo de hoy ha sido una guarrada.

 


 


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