jueves, 1 de octubre de 2020

 

CAMINO DE LA TRANSMISIÓN COMUNITARIA

Un garnacha joven de 2018 de Calatayud con más grados (15.5) que el Martini (15). A poco que salga de extenso el párrafo de esta cena, el pelotazo puede ser espectacular y la segunda parte de la noche el pánico anuncio de lo que voy a encontrarme a primera hora de la mañana. A este vino le han puesto de nombre Glotón, que tiene coña.

Yo dejaría de beber, o de beber tanto, o de beber vinos de quince con cincuenta, pero la jornada laboral de hoy ha sido un escándalo coronavírico y, como dice el jefe de la salud mental del HUCA, la mujer alivia tensiones con el lexatín (Lexatin ® ) y el hombre las alivia con alcohol, que ahorra visitas al sistema nacional.

La gente del bicho cabrón, hora a hora, va arrinconando, en sucesión de cadena explosiva nuclear, a la gente de lo gilipollas (esos que se jodan, mire usted) y a la gente (un día va a haber una desgracia), poca, que realmente necesita de nuestros servicios. Llueven ya, lógico, los contactos, subormales o no, directos con Covid-19, subnormales o no, positivas. Voy a ser bueno y comprensivo y dejar un margen del diez por ciento de contagiados y aspirantes a PCR inevitables o de causa mayor.

-Échate más vino, Cadarmona.
-Marchando.

Un médico que iba a ser filólogo y un filólogo que es administrativo vive Dios que esta tarde, codo con codo, se ganaron con creces los garbanzos.

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