martes, 22 de septiembre de 2020

 El arzobispo de Oviedo se apunta al bando que defiende la conspiración, sumándose, así, a la extrema derecha de corte nazi, a los extremistas de la iluminación pagana y a la cohorte de telenovela que los secunda. ¿Tan difícil es entender que el virus este ha salido de un país que no brilla por su transparencia lo gobierne quien lo gobierne? ¿Que ha pillado con los cojones al aire a la OMS y a los Estados del mundo? ¿Que España ha ido obrando, como los demás, a calzón bajado sobre la marcha subiéndose los pantalones? ¿Que cuando otros, tras la primera hostia, hicieron lo que hayan hecho España, hecho lo suyo, entró en pánico y abrió esclusas en franquicia de esa industria de la que España vive sine qua non: la hostelería y el turismo? ¿De verdad se cree alguien que alguien necesitaba el SARS-CoV-2 para controlarnos cuando controlados llevamos, entre otros por ustedes, los del báculo y la mitra, desde la revolución del Neolítico? Venga, hombre: cuéntenos usted otro cuento, señor Sanz Montes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario