lunes, 14 de enero de 2019

ESTACIÓN DE TRÁNSITO DESIDERATIVA

No me gusta un pelo este año que empieza, admito que quizás por la oscuridad impar de la decena que acaba aunque matemáticamente la década estalle con la claridad del par (1900 es siglo XIX y 2000 XX); pero el pellejo no repara en cuentas. Se pronostica malo por mucho que el Esqueleto apriete tuercas para reducir el radio de su esfera personal. Se vaticina, yo no sé por qué, malo de cojones. 2019. Reducirse a radio de esqueleto para conjurar al menos la muerte de los otros, los que nos significan. La muerte propia es nada si no la prefigura la lucha de la morfina con el dolor, y aun así sigue siendo nada. Que en 2019 no se nos muera nadie. Que 2019 sea una estación más del vial de la existencia.

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