martes, 21 de julio de 2020

Sigue sin detectárseme el microbicho cabrón de la pandemia, detectado esta tarde el macrobicho cabrón de la jornada laboral. A macrobicho cabrón al día, milagro será que no brote, om mani padme hum, y, empuñado el cebollero, se lo meta hasta la raíz del árbol de la vida al primer rompecojones que, buscando, me encuentre.

El buen genocida bien merecido tiene el descanso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario