En 2009 vio la luz un
peliculón basado en una novela de Cormac McCarthy, “The Road”.
Una debacle global pone fin, de golpe, a la civilización. Imaginen a
tanto hijoputa que hoy anda por ahí pero hambriento y desatado e
imaginen por ejemplo a un poeta o a un pianista. Charlize Theron, que
se había quedado preñada para el régimen tecnológico de economía
liberal, pare (no quiere hacerlo pero no le queda otra) después de
la hecatombe. Si los pillan los hijoputas, están perdidos: la
violarán, violarán al crío, los matarán a los tres y en ganchos
carniceros harán de proteína. Charlize Theron, que no quiere ni
puede sobrevivir, educada y vivida, como todos ustedes, como todos
nosotros, en vivir, y en vivir bien, id vosotros dos al sur, se
suicida de noche por congelación en el bosque. El marrón de la
supervivencia con el lastre del hijo y por el hijo se lo ha pasado a
Viggo Mortensen, que hace un papel de la puta su madre.
Titán desmesurado, un
loco amor posapocalíptico por la biología del sustentamiento y el
ayuntamiento en orgía gris cinematográfica contra un padre que le
infunde al niño la llama de Prometeo ¿termina dándole la razón a
Charlize Theron? Si la van a ver o ya la han visto, mediten el final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario