Anteayer era joven,
insultantemente joven, y ayer trabajé con un equipo de la edad de
los hijos que no tengo. Acabas la jornada, cenas, te metes en la cama
doblemente envejecido, apagas la luz y mañana será otro día.
-¿Cuántos años tiene tu
madre?
-Cincuenta y dos.
-Cojonudo.
Profesionales del Santo
Oficio nacidos en 1994 cuando anteayer mismo eras el niño de la
plantilla. Te escondes de ti mismo y no quieres ver cómo te ven.
-Pregúntale al señor de
administración.
Consuelo de bobos que
dentro de treinta años, que están ahí a la vuelta de la esquina,
los niños de ayer viernes sean los señores del Santo Oficio de la
cana y el tinte.
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