jueves, 16 de julio de 2020

Antimascarillas todos, creyentes de la conspiración totalitaria, yo gozo, alcanzo el eretismo erótico, mi gimnasio cerrado desde antes de la declaración del estado de alarma, haciendo planchas en la cocina; me excito anudando las cintas de la mascarilla por el occipucio (con las de las gomas las gafas se me empañan y no veo un carajo) como si una mano deseada tirase hacia atrás de mi prepucio; con la estasis de fiestuqui de gilipollas de terraza el éxtasis alcanzo sorteando a memos sin mascarilla. Me excito y gozo hasta alcanzar el orgasmo de la Nueva Normalidad. Cien euros son poco.

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