lunes, 4 de noviembre de 2019


CINCO TRILEROS Y UN ADVENEDIZO

Las vacaciones de Santo Oficio valen para no acudir al Santo Oficio, lo cual no es poco: descanso de la prostitución de mis veintiocho falanges, una película (“Évelyn”) sobre la trata entera de blancas y una negra y al mal tiempo la buena jeta de ir poniendo orden y abriendo espacios en el lugar donde con la edad cada vez pasamos más horas en una creciente retirada del siglo, ese lugar en el que vuelven a pedirnos que ejerzamos democracia. Democracia mis cojones, que diría el Márquez/Vargas de “Estoy vivo”. Me cago en mi puta vida. El franquismo (¿el franquismo?) o los cantamañanas de Vox dice la demoscopia que va, van recuperando terreno, o adquiriéndolo. La desnaturalizada izquierda pide el voto del temor: qué horror un Abascal y/o un Smith en el Gobierno. Pche: asuntos del siglo. A la desnaturalizada izquierda le responde la Cadarma: ¿por qué no os vais a tomar vientos? Ya está. Por menos, señoras importantes que en su momento me dieron el voto se fueron de mi vida. La Cadarma os lo dio y con él os limpiasteis el culo. Y ahora la Cadarma da la casualidad de que está más fuera que dentro del siglo. A la Cadarma no le da miedo Vox, al que auguran tercera fuerza política. Aparte de inverosímil (interesadas previsiones para el miedo), si resultare como aviesamente se pronostica el Esqueleto que Lee ha vivido el franquismo ligero y los gobiernos tan campantemente maniatados por los Vox del régimen del 78. ¿Miedo? A buenas horas nos venís con esas trazas a suplicar el voto. ¿Os vuelvo a pedir que os vayáis a tomar por el curso? No, no merece la pena. Hasta mañana.

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