MINISTERIO DE TRABAJO
I
Doña Yolanda Díaz, militante comunista de Izquierda Unida, tiene en
Trabajo un buen trabajo por delante: reducir una de las tasas de
desempleo más altas de Europa y encima con contratos de calidad. Nos
apuntamos a que, sin que el desempleo se dispare, prospere
razonablemente la vida del obrero. Reducción y prosperidad son el sueño
húmedo de una noche de verano. Pero ella sabrá: es gallega y Galicia
limita con Portugal.
II
Como todo el mundo sabe, para que el PIB y la Prima de Riesgo duerman
tranquilos es necesaria una cierta bolsa de paro con la que el Capital
extorsione al asalariado toda su vida laboral: menos parados, más
derechos para el trabajador; más parados, peligra el consumo. PSOE y PP
han venido hasta ahora bailándole el agua a este “sistema inmoral.
Espera, que me descojono, me susurra al oído doña Ley de la Oferta y la
Demanda”. Tenemos al fin ministra afín al comunismo, bien es cierto
que gobernada por un Sánchez de Estado y buena percha de corbata
impecable. Nos conformamos con que, de cuando en cuando, al cerdo y al
perro les coloque usted al cuello, señora ministra de Trabajo, torga que
les impida seguir avanzando en sus abusos. Hágales ver, Señora, a los
trabajadores de buena voluntad que han votado a Vox, la luz, porque de
lo contrario caeremos todos en las tinieblas de una España de charanga y
pandereta, cerrado y sacristía que, por edad, no conocieron.
III
La derecha, de siempre, ha obtenido el voto rústico de Sancho Panza, que
temo que hoy habría votado a Vox. En don Quijote confío.
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