Doce
asturianos se largan de Asturias cada día. Ni la lotería nos
quiere. De los asturianos que se largan, un buen número es el de los
profesionales de la sanidad prestada por un servicio de salud que
cada vez le queda más grande al Principado. La gripe nos adora. Una
Asturias escasa de asturianos que envejecidos desbordan el SESPA. Un
paraíso natural para los gilipollas que en verano se dan de codazos
a la orilla del Enol. La Asturias de octubre del 34 que no supo qué
hacer en libertad.
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