martes, 6 de noviembre de 2018

TRIBUNAL SUPREMO

La derrota de superíndice 1 del Tribunal Supremo y su homónima la derrota de superíndice 2 suponen un nuevo hostiazo de autoridad del neoliberalismo del gigante privado. Por esta derrota -superíndices 1 y 2-, que Dios nos ampare, y ya se sabe qué ocurre bajo el amparo de Dios disuelto el Estado. Por unos y otros, el Estado en España se desvanece: por vez consecutiva el poder que ampara se ha quedado con las vergüenzas al aire. En derechura curvado estudia usted derecho; quitándole luz al sol se licencia usted; se sumerge en las de juez en un fondo abisal de PDF y legajos que pretenden matematizar el comportamiento humano; por lo que sea es usted uno de los que han trepado hasta la rama del supremo poder judicial del Tribunal Supremo y simio superior ha enroscado en ella el rabo. A su gusto despacha y sentencia usted a gusto del poder otro legislativo, segunda cara de la trinidad estatal. Hasta que un tío Gilito con sombrero de copa lo pone a usted a mamar y de golpe usted comprende, Tribunal Supremo abajo hasta las primeras horas de estudio en derechura curvado, lo que mi amigo el veterinario, lector entonces de Don Miki, ya sabía en EGB.

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